
Esta
no es una típica película de Mr. Hitchcock: carece del suspenso y del humor que
caracterizan su obra. Ni siquiera se trata de una gran película, sino
simplemente de la historia de un amor fallido a causa del pasado de la mujer y
de la influencia de la familia del hombre; y en honor a la verdad, puede
suceder que a primera vista no le encontremos ningún atractivo. Incluso la
historia de amor resulta poco atrapante, dada la falta de química entre los
actores principales.-
Sin
embargo, en esta como en otras películas “menores” (si se me permite la osadía)
veremos que si la historia no es del todo interesante, sí lo es la estética
utilizada. En la primera parte de la escena del Tribunal, al igual que en el
comienzo de The pleasure garden (El
jardín de la alegría), encontramos a un director lleno de ideas: adopta el
punto de vista del juez para mostrarnos la sala a través de su monóculo y
evidencia el paso de las horas fundiendo la imagen del anteojo con la del
péndulo de un reloj.-
Asimismo,
realiza su mejor esfuerzo para contarnos la historia visualmente, de modo tal
que comprendamos lo que sucede sin ayuda de los intertítulos. Desde la primera
toma sabemos que se está tramitando un divorcio, y que el mismo tiene por causa
una infidelidad: el director llama nuestra atención sobre un anuncio que da
cuenta de que se celebrará una audiencia en el caso “Filton vs. Filton y Robson”. De la misma forma advertimos
que el juez no tiene interés en el testimonio de Larita y que el público
presente ridiculiza la situación y se comporta como si asistiera a un
espectáculo divertido.-
En
esta primera parte, el flashback está
bellamente enlazado con la acción presente, a través del plano cerrado de un
botellón, y, nuevamente, recurriendo sólo a la imagen Mr. Hitchcock nos presenta
la historia de Larita: está casada con un hombre de mayor edad, que bebe en
exceso; su posición es acomodada; ha sufrido el maltrato de su marido y se
siente halagada por las atenciones del artista. Sin embargo, en el momento
decisivo se inclina por su marido, y ello, sumado al temor a ser arrestado,
empuja al pintor al suicidio.-

En
la tercera parte de la película conocemos a la familia de John, sobre todo, y
finalmente, a la primera de una lista de madres despóticas emblemáticas.
Desaprueba a Larita aún antes de conocerla, como evidencia el hecho de que, con
evidente mal gusto, haya invitado a la antigua enamorada de John a cenar en la
primera noche que los recién casados pasarán en la casa, y hace todo lo que
está a su alcance por separar a la pareja. Prefigura a la Sra. Sebastian (Notorious – Encadenados, Tuyo es mi
corazón), a la Sra. Bates (Psycho –
Psicosis), a la Sra. Brenner (The birds
– Los pájaros) y a la Sra. Edgar (Marnie
– Marnie la ladrona) y mira insistentemente directo hacia la cámara, como si
juzgara también al espectador por pecados indeterminados. Su naturaleza austera
y estricta se traslada a su aspecto y a la decoración de la casa, carente de
todo ornamento. Llama particularmente la atención el comedor, adornado con
imágenes religiosas de estilo pre – renacentista: son planas y severas como la
propia Sra. Whittaker.-

El
cameo de Mr. Hitchcock puede verse en la segunda parte de la película: sale de
la cancha de tenis, pasando al lado de Larita antes de que ésta sea golpeada
por la pelota que lanza John.-
Easy virtue no se
encuentra editada en DVD en Argentina. Yo la vi en la versión editada en 2011,
en un box set con The pleasure
garden y The farmer’s wife,
aunque atención: no tiene subtítulos en español y la calidad de la imagen no es
del todo buena.-
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