Argumento:
Diana Baring (Norah Baring), una joven actriz, es acusada del homicidio de
otra
actriz de la misma compañía teatral a la que ella pertenece. El célebre actor
Sir John (Herbert Marshall) integra el jurado e intuye que la joven es
inocente. Sin embargo no logra convencer a sus pares y Diana es condenada a la
pena de muerte. Sintiéndose culpable, Sir John inicia su propia investigación
con ayuda del director de la compañía teatral, Ted Markham (Edward Chapman) y
de la esposa de éste (Phyllis Kenstam). Finalmente, Sir John logra salvar a
Diana al descubrir que el verdadero culpable es otro actor, Handel Fane (Esme
Percy), de quien Diana estaba enamorada, y que asesinó a su colega para evitar
que ésta revelara un secreto.-
Esta
película es uno de los pocos whodunit
realizados por Mr. Hitchcock. Un whodunit
es una historia de misterio, en la cual la intriga radica en descubrir quién
cometió un crimen. Mr. Hitchcock no era muy afecto a este tipo de tramas, dado
que las mismas carecen de suspenso: en una historia de misterio, el espectador
va descubriendo la verdad junto con el protagonista, y el final suele ser abrupto
y sorpresivo. En cambio, el suspenso depende de que el espectador sepa algo que
el protagonista no sabe. De este modo, la tensión crece a medida que nos
preguntamos qué pasará cuando el protagonista sepa lo que nosotros sabemos.
Ello prolonga la emoción en forma diametralmente opuesta a lo que sucede en una
historia de misterio.-
Si
bien Murder! es lo que podría
denominarse una película menor, me gusta bastante, sobre todo después de Blackmail (La muchacha de Londres,
Chantaje). Aquí Mr. Hitchcock recupera su “toque” y lleva a buen puerto una
película plena de buenas ideas.-
La
historia es presentada en una forma interesante, y a través de numerosos
personajes secundarios de esos que adoramos en un film hitchcockiano. Inmediatamente
aparece el primer elemento misterioso, que resultará decisivo para el
esclarecimiento del crimen (un policía que aparece y desaparece y es visto por
el matrimonio Markham), al mismo tiempo que se establece el tono de la
película: la escena de los Markham vistiéndose apresuradamente para salir es
abordada con humor y funciona bien.-
Seguidamente
se introduce a la protagonista, en estado catatónico, y a la víctima, Edna
Druce, a través de un pequeño detalle al cual los invito a prestar especial
atención: cuando comienza la escena, la sala es mostrada en un plano general.
Allí podremos ver por única vez, en un espejo ubicado en la pared posterior, el
rostro de Edna (cuyo esposo es interpretado por Miles Mander, el “villano” de The pleasure garden – El jardín de la
alegría). Luego, la encantadora casera de Diana y la Sra. Markham exponen una gran
cantidad de información en forma muy natural y dinámica, al igual que lo hacen
los miembros de la compañía en la escena siguiente. Este mérito del guión, obra
de Alma Reville (Mrs. Hitchcock), se mantiene a lo largo de toda la película,
que prácticamente no decae hasta que en el final descubrimos al culpable.-
Otros
personajes menores imperdibles en esta primera parte son los miembros del
jurado. El juicio es mostrado con rapidez y economía, y durante su desarrollo
los jurados, que miran hacia un lado y hacia otro cual espectadores de un
partido de tenis, son presentados como un todo uniforme. Cuando se retiran para
deliberar, conocemos individualmente a varios de ellos: los hombres ofrecen un
rico abanico de personalidades, desde aquel que a duras penas comprende la
evidencia del caso hasta el que se deja llevar por la atracción que siente por
la acusada, pasando por quien intenta teorizar sobre la justicia pero
finalmente vota sin reflexionar. Las damas, por su parte representan claramente
distintos sectores de la sociedad: una de ellas (interpretada por Violet
Farebrother, la madre en Easy virtue),
perteneciente a la alta sociedad, es ilustrada y racional; mientras que las
restantes dos son de clase baja y se muestran prácticas y resueltas.-
En
efecto, toda la película está atravesada por la contraposición de clases
sociales: Diana es cuestionada por sus colegas por sus pretensiones de “gran
dama” y los Markham aparentan frente a Sir John sin lograr encubrir su
rusticidad. Posiblemente el mejor ejemplo de ello pueda verse en la escena en
la cual Sir John los invita a su departamento para contratarlos. Mr. Hitchcock
utiliza un extraño pero efectivo recurso para mostrar la incomodidad del Sr.
Markham: cuando éste ingresa en el estudio de Sir John, debe atravesar la
habitación para reunirse con él y entonces la exageradamente mullida alfombra nos
hace pensar en arenas movedizas. Luego, la silla en la que se sienta el
visitante se reclina abruptamente cada vez que éste comienza a relajarse,
haciendo que vuelva a ponerse en guardia. Por último, y más sutilmente, cuando
sirven la sopa para dar comienzo a la comida, la Sra. Markham toma por error
una cuchara demasiado pequeña. Sir John advierte la equivocación, y para no
avergonzar a su invitada, hace lo mismo. Inmediatamente es imitado por el Sr.
Markham, quien había tomado la cuchara correcta, pero la cambia por seguir a
Sir John. Todo sucede sin que el director llame especialmente la atención sobre
ello y nos demuestra por primera vez que las películas de Mr. Hitchcock no son
“fotos de gente hablando”, como decía él mismo, sino que en ellas el diálogo
avanza en un sentido mientras que la imagen lo hace en otro, muchas veces
contrario.-
La
última parte de la película está dedicada a la investigación del crimen que
realiza Sir John con la colaboración del Sr. Markham. Sus averiguaciones lo
conducen hacia Fane, el actor del cual Diana está enamorada, que mató a Edna
para que ésta no le revelara a Diana su secreto. Los personajes se refieren a
ello diciendo que Fane es “mestizo”, e incluso Sir John precisa que tiene
“sangre negra”. Sin embargo, claramente se trata de un eufemismo para aludir a
la homosexualidad de Fane. Esta no es la primera vez que Mr. Hitchcock toca
este tema (de hecho hay quienes consideran que la escena en la cual las
protagonistas de The pleasure garden
comparten la cama evidencia una relación homosexual entre ellas) y ciertamente
no será la última. Ello no pudo pasar inadvertido en 1930 y demuestra una vez
más la osadía de Mr. Hitchcock y su gusto por llevar las tramas de sus
películas hasta el límite de lo socialmente aceptable para la época.-
Desde
el punto de vista de la realización, la película recuerda frecuentemente a una
obra de teatro, recogiendo la estética del ambiente que le sirve de trasfondo.
En algunas oportunidades Mr. Hitchcock incluso inicia la escena con la imagen
de un telón levantándose. Lo más destacable, en cuanto a este recurso, es que
la mayoría de las escenas comienzan con la cámara colocada en el lugar que
ocuparían los espectadores en el teatro y mostrando a los actores moviéndose
lateralmente. Al mismo tiempo, el uso del montaje mejora sensiblemente desde Blackmail: el tamaño, inclinación y
orientación de los planos es más armónico y funciona mejor que en aquella
primera experiencia sonora.-
La
utilización del sonido también es creativa y demuestra el esfuerzo del director
por descubrir formas propiamente cinematográficas: el ejemplo clásico de ello
es la escena posterior al juicio, en la cual Sir John reflexiona sobre el
veredicto mientras se afeita, con música de Wagner de fondo. En su diálogo con
Truffaut, Mr. Hitchcock cuenta que dicha escena se grabó con la orquesta
tocando detrás del decorado, atento la imposibilidad técnica de incorporar el
sonido más tarde. Además, he leído que esta es la primera película en la cual
se escuchan los pensamientos a través de una voz en off. En los minutos previos a esta escena, encontramos otro ejemplo
de un gran uso del sonido: los miembros del jurado terminaron de deliberar y se
retiran de la sala. Entonces, un hombre entra para ordenar mientras que por la
puerta abierta llega el veredicto desde la sala del Tribunal. De alguna manera,
este recurso hace que la escena sea más dramática que si se la hubiera abordado
en forma convencional, posiblemente porque la soledad de este hombre que
realiza una tarea invisible allí donde se deciden destinos, es abrumadora.-
El
cameo de Mr. Hitchcock puede verse en la escena en la cual Sir John y el
matrimonio Markham conversan en la calle, después de visitar el teatro: el
director pasa caminando delante de ellos, acompañando a una dama.-
Murder! está
editada en DVD en Argentina, en una versión económica y fácil de conseguir,
pero los subtítulos son realmente pésimos. No coinciden con el diálogo
original, y por momentos hacen difícil de entender la trama. También existe una
edición importada de tres discos que se completa con The ring, The Manxman, The skin game y Rich and stange (Lo mejor es lo malo conocido) más un breve
documental sobre los comienzos de la carrera de Mr. Hitchcock, con buenos
subtítulos en español. En ambos casos hay algunas partes de la película que
evidencian el leve deterioro del original, y ¡atención!: estas ediciones
contienen versiones diferentes de la película. La edición nacional toma la
versión que fue estrenada en EEUU, mientras que la importada es una copia de la
versión inglesa. Existen dos diferencias entre una y otra: la versión inglesa
incluye una escena posterior al cameo de Mr. Hitchcock, que transcurre en el
dormitorio de la casa del jefe de policía en el cual se hospedó Sir John. En la
versión estadounidense dicha escena fue cortada por completo, lo cual es una
lástima, porque además de revelar información importante sobre el crimen, está
bien representada por quien interpreta a la esposa del jefe de policía y por el
grupo de niños que hacen de sus hijos. La versión de EEUU por su parte,
contiene una brevísima escena entre Sir John y Diana, posterior al suicidio de
Fane y anterior al final, que da a entender (por si no fuera ya suficientemente
claro) que eventualmente ambos serán pareja. De las dos, mi preferida es la
versión inglesa porque, por un lado, la escena en casa del jefe de policía
funciona muy bien y anticipa otras excelentes escenas familiares de Mr.
Hitchcock; y por otro lado, esa pequeña escena adicional es realmente
innecesaria y carece de contexto.-
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