Argumento:
Eve Gill (Jane Wyman), una joven aspirante a actriz, se involucra en una trama
policial en un intento por ayudar a su enamorado Jonathan Cooper (Richard
Todd), principal sospechoso del asesinato del marido de una famosa actriz de
teatro, Charlotte Inwood (Marlene Dietrich).-
Stage fright es una
de las películas “raras” de Mr. Hitchcock: no tuvo éxito comercial en su
momento, no es una historia de suspenso por lo que no califica como un típico
film hitchcockiano y por último fue prácticamente atacada tanto por el director
como por M. Truffaut en su diálogo lo cual, como mencioné en casos anteriores,
no deja de influir en la opinión del espectador. No obstante todo ello, a mí me
parece bastante entretenida y llena de detalles atractivos aún cuando no pueda considerarse
una gran película. Dado que Stage fright
es un whodunit, anticipo que sólo
puedo llegar hasta cierto punto sin cometer spoilers…
La
película comienza un telón que se levanta sobre Londres. De esta forma, ya
desde los títulos de apertura, Mr. Hitchcock nos advierte que todo lo que
estamos por ver pertenece al mundo de la ficción y está teñido de falsedades y
artificialidad. Esta advertencia es válida en dos niveles: la trama tiene un
trasfondo teatral (los principales involucrados son actores y gran parte de la
acción transcurre en entornos teatrales); y además los protagonistas se mienten
y engañan los unos a los otros. El ejemplo más claro de ello es el famoso
“falso flashback” que contiene la película. Tal como revela el libro de
Truffaut, el relato de Jonathan sobre cómo se convirtió en cómplice de
Charlotte en el homicidio de su esposo es totalmente falso y en el tercer acto
descubrimos junto con Eve que, en realidad, el asesino es Jonathan y Charlotte
la cómplice/instigadora. Este aspecto de la película es muy criticado por
quienes (incluido el propio director) entienden que nunca debe mostrarse un
flashback falso. En lo personal nunca me molestó este detalle, porque no lo
interpreto como un flashback sino como la representación de la historia que
Jonathan cuenta, es decir que entiendo que en lugar de mostrarnos a un actor
recitando sus parlamentos durante cinco minutos, el director opta por
permitirnos ver aquello de lo que se habla. Sí creo que Mr. Hitchcock en un
punto queda atrapado en su propia trampa: en la escena en la que Jonathan
visita a Charlotte en su camarín, ésta le habla sobre la forma en la que él
“cubrió el accidente”. Este parlamento tiene sentido dentro de la versión de
Jonathan pero no en la realidad de los hechos según Charlotte cuenta más tarde
y dado que ambos personajes están a solas cuando mantienen esta conversación,
no responde a ninguna lógica que la actriz hable de esa forma. Excepto que
Charlotte también mienta en su versión y en ese caso, Stage fright no es un “quién lo hizo” sino un “qué diablos pasó”…
Hay
otro motivo por el cual agradezco la existencia del falso flashback y es que el
mismo contiene dos momentos geniales. El primero es el travelling que sigue a Jonathan cuando ingresa en la casa de
Charlotte: la cámara avanza por encima de un auto, traspone la puerta de
entrada y acompaña a Jonathan hasta el piso superior, pero nunca vemos que la
puerta realmente se cierre. Mr. Hitchcock simula el efecto con iluminación y
sonido y ¿qué otra cosa sino eso es el cine? El segundo momento es un breve
montaje (casi un flashback dentro de otro) en el cual Jonathan supone todo lo
que habría sucedido después de que la asistente de Charlotte, Nellie Goode (Kay
Walsh) lo descubriera en la escena del crimen. Su fantasía y la realidad
confluyen el preciso instante en que imagina que la policía averiguó sus datos
en la guía telefónica (sí, la guía telefónica) y entonces su teléfono comienza
a sonar.-
Estilísticamente,
Stage fright recupera la atmósfera de
las películas inglesas de Mr. Hitchcock. Rodada en Inglaterra, contiene muchas
locaciones reales y un sentido de autenticidad que venía faltando en sus
películas anteriores y que contrasta con la falsedad de la trama. Además,
recupera el espíritu de backstage de Murder! (Asesinato) que tanto atraía al
director y me resulta interesante que Mr. Hitchcock haya elegido rodar los
números musicales de Marlene Dietrich desde los laterales del escenario en
lugar de hacerlo desde la platea. Ello le permite acentuar las sombras,
adentrarse en un mundo desconocido y prohibido para el espectador y desnudar la
superficialidad del mundo que describe, además de evitarse la puesta en escena
de dichos números… Por otro lado, la estética de la película en general es
bastante convencional y por ello se destacan dos planos de Dietrich, mellizos
entre sí, muy elegantes y acordes con el status
de estrella de la actriz y de su personaje: se trata de dos planos de perfil,
uno durante su entrevista con los detectives y el segundo durante su interpretación
de The laziest gal in town, de Cole
Porter. La réplica de este plano subraya la naturaleza de Charlotte: es una
actriz y siempre está actuando, dentro
y fuera del escenario; y esto guarda relación con una vieja técnica de Mr.
Hitchcock según la cual las habilidades u oficios de sus personajes son
utilizados como recursos dentro de la trama. Ello está igualmente presente en
Eve, quien también es una actriz y si bien no alcanzó todavía el grado de
artificio de Charlotte, aplica su oficio para la resolución de los problemas en
su vida. He mezclado en un mismo párrafo elementos estéticos y argumentales de
la película y es que aquí, ambos se funden y se sirven mutuamente en una forma
que considero constituye uno de los grandes aciertos de Stage fright.-
Los
personajes de Stage fright parecen
pertenecer a dos películas distintas y ello, lejos de constituir una falla,
refleja en mi opinión los dos mundos que retrata: en uno de estos mundos
encontramos a Charlotte, a su representante Freddie (Hector MacGregor) y tal
vez a “Ordinary” Smith (Michael Wilding), por lo poco que sabemos de él; y en
el otro a Jonathan, a los padres de Eve (Alistair Sim y Sybil Thorndike) y a
Nellie Goode. En el medio, pero siempre en contraste, se encuentra Eve, quien
es demasiado sofisticada entre los suyos y se ve obligada a “apagarse” en el
círculo glamoroso de Charlotte. La interacción de estos mundos lleva a los
personajes a transitar el gran tema de la película, que es la identidad. Todos
los personajes principales fingen identidades distintas a la propia en algún momento
y ello les permite lograr sus cometidos, grandes o pequeños. Stage fright termina demasiado pronto
como para averiguarlo, pero en la obra de Mr. Hitchcock la encarnación de
diferentes personalidades suele ayudar a los personajes a definir la verdadera
identidad (el ejemplo más claro de ello es Roger Thornhill, protagonista de North by Northwest – Intriga
internacional, Con la muerte en los talones). En el caso de Eve, suponemos que
luego de esta experiencia aprendió que la vida real es más que una extensión de
la representación teatral…
Las
interpretaciones de los actores son, en mi opinión, bastante apropiadas para el
tono ligero de esta película. Jane Wyman está encantadora y juega muy bien en
los dos niveles que la historia requiere (aún cuando Mr. Hitchcock se quejó
ante M. Truffaut de que se embellecía para no desmerecer frente a Dietrich)
además de componer una buena pareja con Michael Wilding. Éste me gusta más aquí
que en Under capricorn (Atormentada,
Bajo el signo de Capricornio), continúa con el understatement pero incorpora matices de seriedad cuando la
situación lo requiere. Marlene Dietrich es… bueno, Marlene Dietrich. Está genial
en su papel y resulta muy divertido ver cómo manipula a todo el mundo. Richard
Todd es probablemente quien menos me guste, en algunos momentos creo que
sobreactúa un poco, pero como no lo vemos durante gran parte de la película eso
no llega a molestar. Además su última escena importante, aquella en la cual
está escondido debajo del escenario junto con Eve resulta estremecedora. Sin
embargo, como en aquellas películas inglesas de Mr. Hitchcock, los mejores son
los actores secundarios. Alistair Sim y Sybil Thorndike me divierten mucho en
sus escenas juntos (creo que ella entraría en la categoría de “madres buenas” a
la que me referí en mi entrada sobre Rope
– La soga), al igual que Kay Walsh, dentro de lo desagradable que es su
personaje, y Joyce Grenfell, la mujer que maneja el puesto de tiro en la feria.
Patricia Hitchcock, única hija del director y de Alma Reville tiene también un
pequeño rol como una de las amigas de Eve.-
El
cameo de Mr. Hitchcock es fácilmente identificable: se cruza con Eve en la
calle mientras ésta practica sus líneas para presentarse ante Charlotte.-
Stage fright fue
editada en Argentina bajo el título “Desesperación” en una edición llamada “Triple
presentación Hitchcock 3” que incluye Strangers
on a train (Pacto siniestro, Extraños en un tren) y The trouble with Harry (Pero ¿quién mató a Harry?, El tercer tiro).
La calidad de la imagen no es muy buena al comienzo de la película y tiene subtítulos
en español bastante bien hechos. Yo recomiendo una versión importada que fue
lanzada a la venta individualmente y también como parte integrante de un box
set llamado The signature collection. El conjunto se completa con Foreign correspondent (Enviado especial), Mr.
and Mrs. Smith (Matrimonio original), Suspicion (Sospecha), Strangers
on a train (Pacto siniestro), I confess (Yo confieso, Mi secreto me
condena), Dial M for murder (Crimen perfecto, La llamada fatal), The
wrong man (Falso culpable, El hombre equivocado) y North by Northwest
(Con la muerte en los talones, Intriga internacional). La calidad de la imagen
y del sonido es excelente, al igual que la de los subtítulos en español. El DVD
se completa con un documental sobre la realización de la película, muy
interesante pero sin subtítulos en español.-